
El desbordamiento del Centro de Bienestar Animal (CBA) de Cali por la creciente devolución de mascotas ha puesto en evidencia una problemática nacional. El activista Deiby Martínez Cortés, fundador de la ONG Protección Canina Mundial, asegura que esta situación trasciende lo local y refleja una crisis estructural que exige respuesta urgente desde el Estado y la ciudadanía.
El CBA ha prestado 12.779 servicios veterinarios en lo corrido de 2025, con más de 2.200 atenciones solo en junio. Aunque la Alcaldía de Cali y la UAEPA ampliaron el presupuesto a $5.957 millones, el nivel de ejecución y la demanda creciente amenazan con paralizar el servicio.
Erika Manrique, líder del centro, denuncia que a diario llegan animales víctimas de abandono y maltrato, mientras muchos de los adoptados son devueltos. “Es muy injusto que tengan que regresar a ser encerrados”, señala.
Desde Neiva, Deiby Martínez considera que lo que sucede en Cali representa una “crisis ética y estructural”. Advierte sobre la falta de preparación de quienes adoptan y la ausencia de políticas públicas que respalden la tenencia responsable.
“Adoptar no es una moda. Es una decisión ética que implica deberes concretos. Las devoluciones deben ser vistas como un acto de irresponsabilidad grave”, afirma Martínez, quien además propone implementar protocolos rigurosos de adopción, seguimiento posadopción y apoyo familiar articulado con organizaciones de protección.
Martínez insiste en que no se trata de ampliar albergues indefinidamente: “Debemos transformar la relación con los animales. La dignidad del adoptante también está en juego”.