
La ley sueca Djurskyddslag, vigente desde 2019, establece límites al tiempo que un perro puede permanecer solo, así como la obligatoriedad de paseos diarios. Desde Colombia, el activista Deiby Martínez Cortés considera que es momento de avanzar hacia una legislación similar que reconozca el abandono emocional como una forma de maltrato.
Martínez, fundador de la ONG Protección Canina Mundial, advierte que la soledad prolongada genera en los perros problemas graves como ansiedad, depresión y conductas autolesivas. “No se trata de humanizar, sino de reconocer que forman parte del núcleo familiar”, asegura.
Aunque Suecia ha logrado avances, como penas de hasta cuatro años por crueldad, Martínez destaca que en Colombia la ley 1774 aún tiene vacíos, especialmente en aspectos relacionados con la estimulación emocional, el tiempo de soledad y los entornos residenciales restrictivos.
Desde su experiencia en Neiva, propone un piloto nacional que incluya encuestas, estudios de comportamiento, casos de abandono y testimonios, con miras a presentar una propuesta legislativa. Esta iniciativa incluiría regulación del tiempo en soledad, promoción de servicios como guarderías caninas y paseadores certificados, incentivos laborales pet-friendly y un enfoque en salud pública.
Para Deiby Martínez, la clave es clara: “No se trata de copiar una ley extranjera, sino de adaptarla con conciencia, datos y compromiso colectivo”.